sábado, diciembre 26, 2009

Cuando los planteamientos son difusos y confusos.



Cuando comenzó el alzamiento y la disidencia, yo estaba sin poder establecer criterios de pertenencia, hacia ninguno de los dos lados. Por una parte los representantes del sindicato no me entregaban una Fe poderosa para poder darles mi aprobación y la empresa aún estaba nebulosa, entre la contratante y la demandante de labores.
Entre muchos que observé llamando descaradamente a parar las funciones, solicitar sendos montos de indemnización y enjuiciar a la cúpula de la organización, también se encontraban los que ya habían inculcado una teoría de nepotismo y coacción sin sesgo de poder revertirse. Hasta ahí no existía más que una indiscutible posición de contención a las solicitudes de disidencia realizadas por el sindicato.
Con el transcurrir de los sucesos, observé como las diferencias de predilección y beneficios estaban a favor de los sindicalizados y quienes habían optado por no estar dentro de la sindicalización, no eran contemplados ante ningún beneficio. Se tornaba así en una dadivosa circunstancia ser parte de los sindicalizados y alejarse del abandono.
El llamado a realizar una presión significativa para obtener una cuantiosa retribución por las ganancias que se presentaban, en el balance empresarial, fue uno de los muchos llamamientos para exigir sin restricciones y alentar los ánimos, señalando el abuso del empleador.
Fue ahí en donde comencé a percibir una nueva técnica de control y capacidad de mantener a una gran parte del grupo de trabajo, sometidos por la vía de su propia intensión de ser rebeldes y no acatar los dictámenes. Reuniéndolos todos en un mismo bloque y dejándolos a merced de un grupo reducido de individuos que se alzan como líderes, bajo el escrutinio concensuado, pero no alcanzan a ser guías de un grupo humano de labor.
Pensé yo, entonces, encontrarme con ello (dirección para con la labor, el desempeño y la función) en la organización estructural. Que la organización tuviera esas directrices para inhibir el activismo constante que representan los que se han sindicalizado. Sin embargo, hasta el día de hoy, aquello no se ha logrado localizar y me parece que ya estamos en un punto de no retorno para lograr inocularlo.
Este texto lo construyo ahora, dado que estamos bien alejados de esos tiempos de tribulación, expectación, turbulencia, desdén y luego resignación ante lo que significó para los sindicalizados el querer obtener beneficios vía la presión. Esto llevó a que el grupo humano, en el cual estoy radicado, tuviera una senda baja en la persecución de aceleración en su labor. Sin dejar de señalar que: la estructura aún adolece, en su conjunto, una coherente y profesional guía de planteamientos y conductas.
Todo esto visto desde una muy llamativa y significativa manifestación de llamamiento del organismo sindical a sus asociados. La cual me ha motivado siempre a estar en el otro lado de las circunstancias, pero que aún no se me manifiestan como coherente opción. 


Atte.
HSQO
 
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