De profesión soy periodista y el nuevo periodismo me gustó más. Ese ejercicio que rompe con los esquemas de una redacción estructurada, por una ágil y versátil composición que llega a ser críptica ante las primeras lecturas. Además, pienso en las organizaciones como un todo y siempre estoy atento a las personas que hacen el aseo y los que cumplen el rol de custodios. Estas predisposiciones, que mantengo hasta el día de hoy, me han traído tanto beneficios como maleficios.
Creo que lo qué gatilló tener esa idea en mi cabeza, de
estar atento a los bordes de las organizaciones y escribir crípticamente, fue
la película El Santo: Él, en una de sus acciones de averiguación, realizaba el
aseo y los observados inadvertían la presencia, hasta el punto de no tener
reparos en sus conversaciones ni acciones y, el agente, a la hora de establecer
comunicaciones con sus contratantes, lo realizaba en código.
En mi calidad de Conductor (chófer), mi posición me ha hecho
un “colaborador” transversal a las organizaciones que he pertenecido. No me
sucede como a El Santo el estar desapercibido en alguna oficina, reunión o
charla; sin embargo, establecer comunicaciones con los bordes me ha dado una
perspectiva muy penetrante, casi llegando hasta el núcleo.
Desde mi posición, apoyo el ambiente laboral y creo que al
trabajo se va a buscar amistad, desarrollo y bienestar. Amistad porque una mano
lava a la otra y las dos lavan la cara; desarrollo porque hay que medrar y
alejarse del desmedro y bienestar porque el trabajo debe ser riqueza en
cualquier colocación y función.
Ahora, cuando se está en esa posición (conductor) y uno es
medianamente versado, las comunicaciones fluyen como ríos. De una y otra parte
están los comentarios y la información de pasillo llega más rápido que la
oficial. Obviamente, hay todo un decorado que debe ser pulido para obtener
información limpia y concreta para comenzar con el modelamiento del material
intangible: observaciones.
Luego, hay que ser críptico; casi un profesional de las
comunicaciones que emita parábolas, para deslizar las realidades y que estas
lleguen al tejido organizacional. Siempre la idea es aportarle a la
organización un ambiente laboral colaborativo y carente de sesgos personales,
culturales, monetarios e ideológicos; sin embargo, respetando la estructura.
Todos somos parte de algo cuando una organización ofrece
empleo, nosotros aportamos con trabajo y se celebra un contrato entre las partes.