La potencia de la sociedad chilena, para mí, es abrumadora. Tenemos todos los elementos innatos para hacernos del mejor lugar en las organizaciones y escalar sin límites para poder estar entre los mejores, tanto por desempeño como por la inventiva. Estamos capacitados para innumerables actividades, pero entre las que destacamos son la de las comunicaciones y lo que escribo es para dar coherencia con esa competencia.
He logrado establecerme como un empleado más de Sitel Chile, siendo las perspectivas de desarrollo una indicación puntual para que mi desempeño se vea alentado a no claudicar en el avance. Sin embargo, mi formación como profesional de las comunicaciones me obliga a detenerme y realizar un barrido con un todo que se me presenta, sin dejar de indicar que: La idiosincrasia nacional tiene un gen que a las organizaciones modernas las hace encallar.
A mí me interesa que Sitel Chile obtenga los máximos reconocimientos en este país y capture todos los servicios de atención de clientes que se puedan presentar. Para ello es imprescindible tener buenos profesionales que realicen su trabajo de una forma interesante, accesible y honesta. Dar cumplimiento a las directrices y reglas de la organización es una constante, pero si aquello no está dentro de los movimientos personales de los individuos, Sitel perderá buenos empleados y las productividades pueden caer por ese gen que nuestra sociedad todavía se resiste a perder.
Podría dar indicadores específicos de comunicaciones; sin embargo, para mí es importante decirle al señor Dave Garner que: acá está la gente que su organización busca, en todos los parámetros de las comunicaciones y administración de las empresas en sus ambientes virtuales; además de darle las gracias por estar en Chile y haberse asociado con el señor Pérez Campo.
Atte.
Un empleado orgulloso de pertenecer a Sitel Chile.
Domingo, 29 de junio de 2008
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